¿Sientes Burnt Out (o realmente odias tu trabajo)? Conoce la diferencia entre ambos y qué hacer al respecto.
Por: LHH
Tu carrera puede ser una gran parte de tu identidad. Ocupa muchas de tus horas de tu día e incluso puede sentirse como tu vida. Esto es especialmente cierto cuando sientes que el estrés laboral está provocando síntomas de agotamiento en tu subconsciente.
Si le dices a un compañero de trabajo o a un amigo que estás agotado por tu trabajo, lo más probable es que asientan con la cabeza. Probablemente te preguntarán si estás agotado. Pero no todos los síntomas de pánico y temor a ir a trabajar por la mañana son iguales.
Muchos signos de agotamiento pueden ser un síntoma de insatisfacción laboral. Es difícil distinguir entre agotamiento e insatisfacción laboral, y en gran parte depende de tu intuición.
Entiende el burnout
El agotamiento es algo más que un mal día. Es un estado crónico de estrés que conduce al agotamiento físico, emocional y mental. Puedes experimentar:
- Sentirte cansado y agotado la mayor parte del tiempo.
- Una sensación de desapego hacia su trabajo
- Sensación de ineptitud y falta de logros.
Comprender la insatisfacción laboral
La insatisfacción laboral es más profunda que una molestia ocasional en el trabajo: es persistente. Es un desajuste fundamental entre tú y tu trabajo. Quizá te sientas identificado con lo siguiente:
- Tu trabajo no se ajusta a tus valores personales ni a tus objetivos a largo plazo.
- El entorno tiene una cultura tóxica, falta de apoyo o una gestión deficiente.
- Te sientes estancado, sin posibilidades de progresar o desarrollar tus habilidades.
Diferenciación entre agotamiento e insatisfacción laboral
Pasemos ahora a las preguntas de reflexión que te ayudarán a determinar si necesitas un descanso o una ruptura con tu trabajo. Para diferenciar entre los dos, considera estas preguntas.
1. ¿Tus síntomas son físicos?
Sí, hacer algo que odias cada día puede pasar factura a tu cuerpo. Pero es menos probable que la aversión al trabajo se manifieste en el cuerpo de la misma manera que el verdadero agotamiento. Si los síntomas como dolores de cabeza, dolores de espalda, ataques de pánico o problemas estomacales te están agobiando, es probable que te estés enfrentando al agotamiento. Suena trillado decir: «Si crees que puedes estar sufriendo burnout, ¡pregunta a tu médico!». Sin embargo, puede ser clarificador de todos modos.
2. ¿Tu trabajo acapara demasiado tiempo?
¿Se espera de ti que tenga el teléfono encendido y accesible en todo momento? ¿Trabaja regularmente más de 60 horas semanales? ¿La posibilidad de tomarse tiempo libre es limitada? El agotamiento puede deberse simplemente a la fatiga. Es fácil sentirse fatigado cuando el trabajo exige más tiempo del saludable. Por supuesto, es posible estar quemado en cualquier trabajo, incluso si sólo trabajas a tiempo parcial. Pero si las limitaciones de tiempo de tu trabajo son bajas y tu pavor a hacerlo sigue siendo alto, puede que simplemente odies tu trabajo.
3. ¿Te ves feliz en otro trabajo?
Tanto si estás quemado como si lo has superado, escribir una lista tradicional de pros y contras probablemente no sea demasiado útil. Sin embargo, hacer una lluvia de ideas sobre lo que podría hacer que tu situación laboral te pareciera más aceptable podría ayudarte a entender cuál es la causa de tu angustia. A veces, plasmar los pensamientos en papel ayuda mucho a llegar a una conclusión.
El nivel de facilidad con el que elabores esta lista (si es que puedes elaborarla) es una buena pista para saber si tu angustia se debe a la aversión o al agotamiento. La apatía y el cansancio típicos del agotamiento hacen que la elaboración de ideas para mejorar la situación sea una tarea sumamente difícil. Por lo tanto, si estás luchando para crear incluso una lista básica, es probable que estés quemado.
4. ¿Ayuda un pequeño descanso?
Tomarte un pequeño descanso debería darte una pista sobre si tus sentimientos hacia el trabajo se reducen a agotamiento. Tómate un fin de semana de tres días. Duerme hasta tarde. Pasa tiempo con tu familia. Dedica un poco de tiempo a un proyecto que te apasione o a una afición. Apaga el teléfono.
Comprueba el lunes por la mañana si el miedo a ir a trabajar ha disminuido al menos un poco. Por supuesto, tres días no bastan para erradicar el agotamiento. Sin embargo, si no has obtenido al menos un ligero alivio tras un breve período de recarga, probablemente no se trate de agotamiento.
Cómo afrontar el agotamiento y la insatisfacción laboral
Gestionar el agotamiento requiere centrarse en el autocuidado y, posiblemente, ayuda profesional:
- ¿Te dedicas suficiente tiempo a ti mismo fuera del trabajo?
- ¿Hablar con un profesional te ofrecería nuevas perspectivas y estrategias de afrontamiento?
- ¿Ha establecido límites saludables entre el trabajo y la vida privada?
Abordar la insatisfacción laboral implica cambios más drásticos:
- ¿Hay cambios en tu trabajo actual que podrían mejorar tu felicidad?
- ¿Ha llegado el momento de plantearse un cambio de rumbo?
- ¿Qué habilidades puede desarrollar para abrir nuevas oportunidades?
Entrevistas con burnout o estando insatisfecho
Si haces entrevistas para nuevos cargos durante este periodo, sé prudente. Asegúrate que tu estado de ánimo es el adecuado para proyectar la imagen que deseas. Tu salud mental es importante y, si estás triste, se notará. No se trata de «fingir», pero una actitud de «estoy preparado para un puesto con más autonomía (o XYZ) va a dar mejor resultado que “odio mi trabajo, sácame de aquí”.
Cuando se trata de insatisfacción laboral, merece la pena trabajar para encontrar un trabajo mejor que te aporte satisfacción y alegría. No se trata sólo de aguantar el trabajo, sino de prosperar en tu carrera. Sin embargo, si lo que te preocupa es el agotamiento, date un respiro muy necesario.